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La construcción de naves o edificios industriales en México durante 2019, tuvo un crecimiento positivo de 3.39% respecto al año pasado, al registrar cerca de 2.3 millones de metros cuadrados (m²) de Área Neta Rentable (ANR), mientras que en 2018 se edificaron 2.2 millones m².

Cifras analizadas por la plataforma inmobiliaria Datoz, revelan que la Ciudad de México, Tijuana y Monterrey, fueron los mercados nacionales que concentraron mayor metraje de proyectos en construcción, con 544,513 m², 388,321 m² y 378,113 m², respectivamente.

De acuerdo con el análisis, la edificación de nuevos edificios impulsó 3.03% al inventario, que alcanzó los 80.5 millones de m² en los mercados inmobiliarios industriales más dinámicos del país.

“La edificación de naves industriales fue uno de los sectores más dinámicos de la industria de la construcción, ya que de enero a noviembre de 2019 esta actividad acumuló una caída de 5%, de acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI)”, detalla la firma.

Impulsan disponibilidad

El mercado industrial de la Ciudad de México fue el único de la región Centro que monitorea la plataforma que registró la construcción de 22 naves industriales en 2019, con ANR de 544,513 m², de los cuales en su mayoría fueron edificios especulativos.

Con estas construcciones, el inventario de CDMX alcanzó 12.8 millones m², mientras que la región cerró el año con 16.6 millones m².

Asimismo, los nuevos edificios especulativos impulsaron la tasa de disponibilidad de CDMX, por lo que al cierre del año se ubicó en 7.13%, mientras que la de la región fue de 5.98%.

Lidera Bajío-Occidente

La región del Bajío-Occidente, que comprende mercados de Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí, Aguascalientes y Guadalajara, se consolidó como la región con mayor construcción de naves industriales en 2019.

Tan solo, al cierre del año, se registró un ANR de 668,952 m², de los cuales 82.64% corresponde a edificios especulativos, lo que ayudó a consolidar un inventario de 21.5 millones de m², donde el estado de Querétaro fue el mercado más dinámico con 17 nuevas propiedades.

Al cierre del año, tasa de disponibilidad de la región fue de 6.37%, mientras que la de Querétaro fue de 7.31%.

En tanto, esta región registró una absorción bruta de 693,277 m², impulsados principalmente por la industria aeroespacial, automotriz, almacén y logística, textil y electrónica de Querétaro y Guadalajara.

Monterrey al frente

El mercado industrial de Monterrey logró concretarse como el de mayor número de construcciones con 35 edificios que sumaron 378,113 m², por lo que su inventario cerró el año con 11.4 millones.

En tanto, en el noreste, Matamoros, Monterrey y Saltillo tuvieron inicios de construcción por 500,325 m², de los cuales el 56.28% fueron edificios especulativos, y su inventario alcanzó los 23.1 millones m².

Mientras que en el noroeste, Tijuana fue el mercado más dinámico en cuanto a construcciones con 26 edificios, además de ser la ciudad con mayor absorción bruta de espacios industriales, frente a otras como Chihuahua, Ciudad Juárez, Mexicali y Nogales.

Aunque 2019 fue un año complejo para el mercado inmobiliario, el sector industrial de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM) cerró con un desempeño positivo al mantener el ritmo de crecimiento anual del inventario en cerca de 1 millón de metros cuadrados clase A, al incorporarse 570 mil 389 metros cuadrados a los 10.3 millones del cuarto trimestre de 2018 (4T18).

A lo largo del año pasado, sin embargo, lo que se percibió fue una transformación de la industria para atender las necesidades de los ocupantes de naves industriales. Los clientes demandan configuraciones de características diversificadas y localización estratégica de las mismas, tendencias que se espera persistan a lo largo de 2020.

Tomando esto en cuenta, el panorama de los espacios para naves industriales espera un énfasis en tres aspectos clave durante los próximos 12 meses:

Espacios diseñados para albergar procesos de automatización, monitorización y control de la producción. Es decir, espacios build to suit (BTS), que se adaptan a las necesidades del cliente.

Análisis logístico de eficacia y rendimiento que se resumen en un espacio cuya lógica de ubicación permita la reducción de costos operativos y la generación de economías de escala. Tal es el caso de Ferropark II, que permite la distribución de productos a partir de espuelas de ferrocarril, conectadas a las principales redes ferroviarias del país.

Seguridad avanzada en espacios industriales, que permite garantizar estándares de protección de riesgos elevados, por ejemplo, naves localizadas en zonas como Naucalpan.

Crece el número de naves industriales

De acuerdo con un reporte de Newmark Knight Frank, durante el último trimestre de 2019 se registró un aumento en la construcción de naves industriales en la zona metropolitana de la Ciudad de México, al presentar superficies de 583,132 m², respecto a los 519,140 m² del año anterior.

El incremento de la disponibilidad total representó el 11% de la superficie entregada a lo largo del año, con lo que 2019 cerró con una tasa del 6.6%. Este desempeño fue liderado por corredores como el CTT (Cuautitlán, Tepotzotlán y Tultitlán) que aportaron cerca de la mitad del crecimiento mencionado y casi del 70% de la absorción anual acumulada por cerca de 475 mil m²”, destacó Diego León Laos, analista de mercados de Newmark Knight Frank México.

De igual forma, se destacó que los precios de renta en el 4T 2019 presentaron una tendencia al alza, con valor promedio de $5.63 USD/m2. El incremento de los precios con respecto al trimestre anterior fue de 6.06%, mientras que, en una comparativa anual, el incremento del año 2018 al 2019 fue de 8.47%.

El año pasado los desarrolladores de edificios industriales sumaron 2.3 millones de metros cuadrados (m2) de Área Neta Rentable (ANR) en los principales mercados inmobiliarios del país, un dato 3.36% arriba de lo reportado un año antes, de acuerdo con un análisis de Datoz, una plataforma de disponibilidad e inteligencia inmobiliaria.

Con estos nuevos edificios se impulsó en 3.03% al inventario nacional registrado, que al cierre de 2019 alcanzó los 80.5 millones de m2 en los mercados inmobiliarios industriales más dinámicos del centro, bajío-occidente, noreste y norte del país.

Tan sólo Ciudad de México (CDMX), Tijuana y Monterrey, de acuerdo con Datoz, fueron los mercados que concentraron más inicios de construcción con 544 mil 513 m2, 388 mil 321 m2 y 378 mil 113 m2, respectivamente.

La plataforma de disponibilidad realizó una descripción de la tendencia de construcción registrada el año pasado:

Centro

CDMX fue el único mercado de la región centro que tuvo inicios de construcción en 2019, al edificar 22 naves por 544 mil 513 m2 de ANR, de las cuales 88.98% fueron edificios especulativos.

Toluca y Cuautitlán fueron los corredores más dinámicos en construcción. Con estas construcciones, el inventario de CDMX alcanzó 12.8 millones m2, mientras que la región cerró el año con 16.6 millones m2.

Asimismo, los nuevos edificios especulativos impulsaron la tasa de disponibilidad de CDMX, por lo que al cierre del año se ubicó en 7.13%, mientras que la de la región fue de 5.98 por ciento.

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En 2019, el centro acumuló una absorción bruta de 699 mil 436 m2, de los cuales CDMX sumó 654 mil 691 m2. Empresas de almacén y logística, alimentos y bebidas y automotrices detonaron la demanda.

Bajío-occidente

El bajío-occidente fue la región con mayor construcción durante 2019, los cinco mercados que la integran (Aguascalientes, Guanajuato, Guadalajara, Querétaro y San Luis Potosí) sumaron 668 mil 952 m2 de ANR, de los cuales 82.64% fueron edificios especulativos; y su inventario alcanzó 21.5 millones m2.

Querétaro fue el mercado más dinámico con 17 nuevas propiedades por 266 mil 518 m2, y alcanzó un inventario de 5.8 millones m2. Al cierre del año, tasa de disponibilidad de la región fue de 6.37%, mientras que la de Querétaro fue de 7.31 por ciento.

En 2019 el bajío-occidente acumuló una absorción bruta de 693 mil 277 m2, impulsado por Guadalajara y Querétaro, que juntos concentraron 412 mil 010 m2. Empresas de los sectores aeroespacial, automotriz, almacén y logística, textil y electrónica fueron las más demandantes.

Noreste

En el noreste, Matamoros, Monterrey y Saltillo tuvieron inicios de construcción por 500 mil 325 m2, de los cuales el 56.28% fueron edificios especulativos. Su inventario alcanzó los 23.1 millones m2.

Monterrey fue el mercado con más construcciones, con 35 edificios que sumaron 378 mil 113 m2, por lo que su inventario cerró el año con 11.4 millones m2. Al cierre de 2019, la tasa de disponibilidad de la región se ubicó en 7.22%, mientras que la de Monterrey fue de 8.69 por ciento.

En el año, el noreste acumuló una absorción bruta de 943 mil 851 m2, de los cuales Monterrey sumó 633 mil 998 m2.

Empresas de los sectores almacén y logística, automotriz, médica, empaques y autopartes fueron las principales demandantes de espacio.

Noroeste

En esta región, Chihuahua, Ciudad Juárez, Mexicali, Nogales y Tijuana registraron construcciones por 612 mil 993 m2, 99.77% del espacio fue especulativo.

La región alcanzó un inventario de 19.3 millones m2. Tijuana fue el mercado más dinámico en cuanto a construcciones con 26 edificios que sumaron 338 mil 321 m2, por lo que su inventario llegó a 6.6 millones m2.

El noroeste cerró el año con una tasa de disponibilidad de 5.96%, mientras que la de Tijuana fue de 5.77%. Asimismo, esta fue la que acumuló más absorción bruta en 2019, al llegar a 946 mil 641 m2, de los cuales Tijuana y Ciudad Juárez añadieron en conjunto 711 mil 850 m2.

Ahí mismo, empresas de los sectores médicos, bienes y servicios, farmacéutica y energías renovables impulsaron la demanda.

Es innegable que, pese a todos los avances registrados en los últimos tiempos por parte del sector de la construcción en México, éste está pasando por un momento difícil: la excesiva inversión de capital extranjero, fomentada por las leyes regulatorias gubernamentales, la falta de transparencia e informalidad características de este sector hasta hace pocos años, o la privatización de la industria son problemas ampliamente conocidos por cualquier constructor mexicano. Y el licenciado Gustavo Arballo no es ajeno a esta problemática, tal y como muestra en su imprescindible conferencia “Visión 20-20 de la arquitectura de la construcción”, donde con su estilo claro y directo característico presenta las fallas que se han cometido en el pasado, para poder superarlas en un futuro próximo.

Gustavo Arballo Luján, originario de Sonora y licenciado en Contaduría Pública por la Universidad de Guadalajara, es el propietario y director general de una de las mayores empresas de construcción que existen en México, el gigante Maquiobras SA de CV; además, ha sido presidente de la delegación Jalisco en el periodo 2008 – 2010, y actualmente desempeña sus labores como presidente nacional de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción. Gracias a su trayectoria profesional, así como a su experiencia de más de 35 años en el sector de la construcción, es una de las voces preeminentes de la arquitectura en nuestro país.

El sector de la arquitectura es actualmente un valor en alza para la sociedad mexicana: se trata de la cuarta actividad económica que más valor agregado tiene en el PIB, por lo que aproximadamente constituye el 8% de los números globales de producción en México. Además, es la segunda industria con mayor capacidad conservadora y generadora de empleo, con 6,000,000 de puestos de trabajo generados de manera directa y 3,000,000 más de manera indirecta. Sin embargo, como anteriormente se mencionaba, y a pesar de todos los logros conseguidos en los últimos tiempos, desde 2015 el sector de la construcción mexicano ha experimentado un estancamiento. Tomando datos duros, tras 14 meses consecutivos de recesión, se pronosticaba un 5% de crecimiento mínimo para esta industria mientras que, a fines de 2015, el crecimiento experimentado fue de apenas un 2.5%; es a todas luces un dato exiguo, que además está pronosticado se repita a finales de 2016. El licenciado Arballo explica los motivos de este decrecimiento, a la vez que propone algunas soluciones a corto plazo que puedan mejorar las cifras en 2017.

El primer punto caliente expuesto es el crecimiento desmesurado que el sector privado ha experimentado en los últimos años: en tiempos recientes, el 75% del capital se acumula en manos de inversionistas privados, mientras que al sector público le corresponde un 25%. Esta situación no sería negativa por sí misma, si no fuera porque las compañías de construcción extranjeras cuentan con una serie de beneficios que a todas luces son superiores a los de las compañías nacionales, gracias al Plan Nacional de Infraestructuras, que de nacional, o nacionalista, tiene poco, ya que desgasta las empresas propias de México, mientras que impulsa las extranjeras; estas ayudas hicieron entrar en tal crisis al sector mexicano, que se debieron invertir, en 3 años, 50,000,000,000 pesos, procedentes del Mercado de Valores, con el fin de cubrir los recortes y trabas generados por estas leyes malinchistas de gobierno. Cierto es que la expansión de las empresas trasnacionales lleva aparejado un florecimiento del turismo; sin embargo, exponencialmente, el crecimiento en el PIB es mucho menor de lo que sería si se apoyara la industria nacional. Y es que en México queda muchísimo por construir; es una nación joven y de grandes recursos, donde puede y debe haber las mismas oportunidades para propios y ajenos.

De igual forma, tampoco ha ayudado mucho al incremento de este sector el precio del barril de petróleo que, como sabemos, es uno de los principales medidores de la salud económica mundial; 2015 auguraba una bajada en los precios del barril de petróleo, pero ante el recrudecimiento de la situación política en Oriente Medio, los costos se dispararon, produciendo incluso un crecimiento negativo en el sector de la construcción mexicano entre noviembre y diciembre de ese año, lo que agudizó las diferencias en el poder adquisitivo del inversor extranjero frente al nacional.

Para frenar esta desigualdad, que desprotege a los constructores mexicano, Arballo propone una serie de cambios que nos atañen a todos, empezando por la creación de una serie de organismos intermedios entre el Gobierno y los constructores, a fin de que éstos puedan mediar por los intereses de ambos; estos organismos, aparte de la propia Cámara de la Construcción, serían las cámaras, organizaciones y confederaciones, que se convertirían en órganos de consulta para la mejor búsqueda de soluciones. Sin embargo, no todo el problema es del Gobierno, o de la inversión extranjera: para saber en qué estamos fallando, primero que nada debemos observarnos a nosotros mismos, tanto como trabajadores como empresarios. El licenciado señala como principales problemas de la industria mexicana tanto la falta de transparencia, la cual llevó a la creación del Observatorio Mexicano de la Industria de la Construcción (2015), con el fin principal de verificar de cerca los procesos de licitación, así como la falta de regulación e informalidad en el trabajo, el segundo elemento negativo que contribuyó a la necesidad de crear dicho Observatorio.

Pese al panorama descrito con anterioridad, aparentemente poco halagüeño, comienzan a surgir brotes verdes para el sector de la construcción, siendo uno de los más importantes la creación del proyecto “Escuelas al 100”, basado en la reforma educativa: el Gobierno ha planificado la construcción y remodelado de unas 30,000 escuelas a lo largo de todo el territorio nacional; y, pese a que se trata de obras menores, sólo este proyecto puede proporcionar empleo al 50% de las empresas mexicanas dedicadas al mundo de la construcción; se espera además que este proyecto produzca 50,000,000,000 pesos, lo que además no generaría ningún tipo de deuda pública, ya que el acuerdo se hizo en base a una fuente de repago asimilado.

Otra seña de recuperación de nuestra industria, es el giro que se está produciendo hacia dos sectores en alza: el automotriz y las telecomunicaciones, especialmente las compañías de telefonía móvil. Estas alianzas son claves para nuestro negocio, y de su hermanamiento dependerá en gran medida nuestro futuro en meses posteriores. De la misma manera, y buscando el desarrollo tecnológico de nuestra industria, así como su profesionalización para ultimadamente combatir la informalidad antes mencionada, se creó el Instituto tecnológico de la Construcción, hecho para generar profesionales especializados en el sector de la construcción con licenciaturas tales como Ingeniería de la Construcción, Ingeniería Topográfica o la maestría en Administración de la Construcción. Este Instituto, altamente comprometido con las nuevas tecnologías, creó también la tecnología BIM, destinada a sincronizar el trabajo de todos los participantes afiliados a un determinado proyecto de construcción, llegando incluso a crear un diplomado en torno a ello.

Respecto a la complicada cuestión de la transparencia, se han adoptado y normado una serie de protocolos, los cuales fueron en un principio pactados con la SAGARPA y, actualmente, ratificados mediante acuerdo con la Secretaría del Trabajo; de la misma manera, el Observatorio ha seguido avanzando y actualmente trabaja en una plataforma virtual destinada a darle seguimiento a los principales proyectos de construcción que se vayan desarrollando en nuestro país.

Finalmente, aunque no menos importante, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción ha desarrollado dos proyectos que pronostican un crecimiento del sector: los Gibra – E, que son títulos o valores emitidos por fidecomisos que se dedican a la construcción de activos e infraestructura, dedicados a unos mercados específicos y derivados posteriormente a mercados secundarios, que también se beneficiarán en su medida; y los CEPIS (Certificados de Proyectos de Inversión), diseñados en el 2015 y dedicados exclusivamente a las infraestructuras, sólo con los cuales se podría atraer a la economía mexicana entre 100,000,000,000 y 200,000,000,000 pesos anuales.

En definitiva, el profesor Arballo, con su dialéctica ágil y profusamente documentada, nos da una visión global de la difícil situación que está pasando el sector de la construcción en México, así como las herramientas a utilizar para convertir estos brotes verdes que ya comenzaron a surgir en 2015, en un bosque de oportunidades para el sector de la construcción mexicana.