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La situación mundial ha llevado a revolucionar muchos sectores, por ende, la industria de la construcción y bienes raíces no es la excepción. Nos encontramos ante un enorme reto y capitalizarlo de la mejor forma es una tarea que se realizará en el futuro venidero.

Ante las complicaciones que representa el Covid-19, hay una gran discusión sobre el tema de densidad de población albergada en un complejo, es decir, se está replanteando el esquema de desarrollar vivienda con varias decenas o centenas de unidades dentro de un mismo espacio.

Si bien sabemos, la CDMX es una de las urbes que cuenta con la oferta de vivienda vertical más baja acorde a la densidad poblacional comparada con otras urbes a nivel mundial, esto sigue representando una magnífica oportunidad para el desarrollo de nuevos modelos que permitan mejorar la oferta de espacios a habitar; sin embargo, existen nuevas necesidades que se están palpando debido al confinamiento por el virus.

Hasta cierto punto, se da la obviedad en las adaptaciones que tendrán los complejos habitacionales del futuro, desde la filtración de aire acondicionado y ventilaciones, un diseño de las áreas comunes más enfocado en el exterior y por supuesto planes de contingencia y protocoles establecidos durante una epidemia o pandemia.

Uno de los cambios que se experimentará con más notoriedad en el corto plazo, es la adopción de los espacios abiertos y con horarios específicos para evitar la saturación, las amenidades con las que cuenten los desarrolladores estarán orientadas en este sentido para evitar la concentración de cualquier tipo. Los ambientes creados al intemperie tomarán fuerza.

Existen distintos tipos de desarrollos y en el confinamiento podemos percatarnos de las ventajas y desventajas que tienen cada uno de ellos, la realidad es que con las nuevas tendencias que se vienen platicando en la industria, nos encontraremos con más ‘sana distancia’ entre puerta y puerta, desarrollos pensados para que los servicios de mensajería, paquetería, entregas de comida y súpermercados sean más prácticos.

Hoy contamos con una limitación de tierra céntrica disponible en la capital para edificar nuevos complejos; democratizar la vivienda y realizar espacios orientados a la utilización del transporte será de vital importancia para enfrentar el nuevo hábito de vivienda. Es casi un hecho que tendremos necesidades post Covid-19 en este rubro.

El desarrollo de usos mixtos seguirá teniendo un empuje especial, contar en un mismo espacio con todo lo necesario para sobrevivir sin salir del complejo será fundamental para saciar todos los requerimientos que se tengan. Se está pensando en generar los accesos adecuados y con la mayor circulación e independencia posible, siempre aprovechando cada metro cuadro del terreno. Lo importante recae en que los nuevos proyectos tendrán que tener los accesos a cada uso determinado muy bien diseñado y así no interfieran el uno con el otro.

La descentralización o esparcimiento de la vivienda es una realidad, esta solución tiene aristas interesantes, pero nos encontramos con trabas importantes a solucionar en el corto y mediano plazo. Primeramente se tiene que resolver la cobertura en torno a los servicios, generar infraestructura en las periferias, o un poco más allá, traerá como consecuencia una inversión considerable, tanto del sector público como privado, aún no estamos preparados para experimentar un escenario de este tipo, por lo menos no en el presente inmediato. Las limitaciones que se tendrían de comunicación y movilización son una complicación real.

La corriente que acapara la atención de propios y extraños es la generación de micro ciudades en el nuevo desarrollo vertical. Al considerarse de gran valor, los usos mixtos dictarán la tendencia en vivienda, hay que recordar que al tener nuevos lineamientos sobre los asentamientos urbanos, se permitirá una mayor densidad poblacional en una zona y por ende un mejor aprovechamiento de la tierra disponible en la capital.

La vivienda verde es una tendencia que se ha manejado en los últimos años, mientras más autosustentable sea el inmueble, más atractivo será para la nueva generación pro-ambiental. El cuidado de los recursos naturales seguirá prevaleciendo y traerá mejores dividendos aunque la inversión sea un poco mayor.

Espacios abiertos e integrados de la mejor forma con la tecnología son parte de las nuevas tendencias, al igual que contar con amenidades en zonas exteriores. La industria en general debe comenzar a pensar en las necesidades de la Generación Z, tratar de cubrir sus requerimientos a partir de hoy, ya que por hábitos generacionales, en los próximos 20 años serán los mayores consumidores de vivienda a nivel global. La vivienda en renta continuará prevaleciendo sobre la compra.

Hay que recordad que nuestra sociedad tiene una gran diversidad, tanto en lo económico como en lo social, hacer complejos específicos de nicho es una alternativa, pero no debemos de olvidar que la vivienda es una necesidad básica y se tiene que generar la suficiente oferta para cualquier estilo de vida.

Es imperativo tener un mejor aprovechamiento de la tierra, generar complejos que permitan una mayor comunicación y movilidad, considerar una correcta circulación dentro de los complejos y mayor privacidad, son retos que la industria debe afrontar de cara a los nuevos hábitos de vivienda post pandemia.

La construcción o remodelación de un inmueble implica mucho más que un cambio en el mobiliario, pintura o complementos inteligentes. Y es que la renovación o edificación requiere de una importante inversión y supervisión por parte de un arquitecto durante el diseño previo, la construcción y el mantenimiento posterior. La elección del profesional a cargo de la obra es una de las decisiones más importantes previas al arranque del proyecto: la experiencia en diferentes tipos de obra, el tiempo de respuesta, presupuesto y sobre todo la aplicación de nuevas tecnologías en la obra, son algunos de los puntos clave a considerar para selección del profesional a cargo del proyecto.

Ante la incertidumbre que existe en muchos casos al momento de contratar un arquitecto, expertos en el desarrollo de tecnologías para el sector de la construcción como Gustavo Carezzato, Director General de GRAPHISOFT México y Latinoamérica ofrece una serie de una serie de recomendaciones a considerar para integrar al arquitecto que mejor se adapte a las necesidades de quien lo solicite.

Presupuesto: Es el punto de partida obligado, previo al arranque de la obra. Y es que aquí se comparan los servicios y costos que nos ofrece un profesional freelance o un despacho, aquí se cometen los errores más comunes como: asignar el proyecto a quien ofrezca el costo más bajo, sin considerar la calidad de los materiales y el tiempo estimado; así como las variables clave que, de no aplicarse de manera correcta, pueden duplicar el costo inicial de la obra.

Estilo: Las tendencias en el sector de la construcción son una guía fundamental para conocer las opciones de diseño de una edificación, la mayoría de los arquitectos suelen tener estilos muy bien definidos, pero fácilmente adaptables al gusto del cliente, por lo que conocer de manera previa su trabajo observando fotos de los diferentes proyectos en los que haya trabajado, permite conocer y seleccionar aquel con estilos más afines a los nuestros.

Reglamentos: Los permisos de construcción son uno de los factores que cambian más frecuentemente, debido al aumento de población y los espacios cada vez más reducidos. El desconocimiento de estos permisos puede derivar en multas y sanciones a la obra, por ello es clave que el arquitecto conozca las normas de construcción la zona, los riesgos estructurales y demás elementos que se determinan a partir del uso de suelo.

No pensar plano: Uno de los grandes retos de cualquier profesional está en la forma de compartir y mostrar avances del proyecto, si bien los planos son el punto de partida para cualquier obra, la presentación de éstos de manera tradicional (2D) no tiene un beneficio real para el cliente, pues la interpretación de los mismos suele complicar mucho a quienes no están inmersos en la industria; en cambio, existen herramientas de visualización de planos en 3D, como la app BIMx de GRAPHISOFT que muestra de forma interactiva cada detalle de la construcción permitiendo a los involucrados contar con más elementos para tomar decisiones de cambios o ajustes en el proyecto.

Incorporación de la tecnología: Así como el recorrido virtual de alta precisión es una herramienta clave para comprender la obra, el arquitecto que integra soluciones tecnológicas para pre-construir de manera digital está sin duda un paso adelante del resto de los profesionales. Conocida en la industria como tecnología BIM (Building Information Modeling por sus siglas en inglés) esta tecnología disponible en softwares como ARCHICAD de GRAPHISOFT que permite a los arquitectos anticipar escenarios que en un modelo 2D no se pueden detectar, eliminando así cualquier sobrecosto derivado de errores de cálculo en cuanto a material, estructuras, orientación de la obra y factores ambientales que pueden impactar de manera directa o indirecta. Esta innovación reduce hasta en un 50% el tiempo original estimado de construcción.

Como parte de las acciones que el sector inmobiliario ha estado desarrollando, en aras de generar discusión y planteamientos nuevos para hacer frente a las consecuencias que el Covid-19 dejará en el gremio, la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI) y la consultora McKinsey & Company realizaron un foro virtual del que emanaron algunas propuestas para atender la recuperación de la industria inmobiliaria.

Reconocieron que la ‘nueva ormalidad’ es el contexto para tener en cuenta para orquestar planes de corto y mediano plazo para afrontar los efectos económicos que las medidas de contención del virus dejaron en el país.

Así, propusieron una estrategia de 4 etapas, algunas de las cuales ya sucedieron:

Resolver: En esta etapa, explicaron, se definió la capacidad de respuesta ante la aparición del coronavirus y su rápida propagación por el mundo. Los puntos clave en esta etapa son la nueva dinámica que se haya desarrollado con trabajadores, clientes y socios.

Resistir: Las gestiones por realizar cuando se implementó el confinamiento a nivel nacional son parte de esta segunda etapa, en ellas destaca la dirección y gestión de efectivo a corto plazo y los efectos económicos de un cierre parcial de operaciones.

Regresar: Desde mediados de mayo, las empresas y ciertos sectores ‘esenciales’, donde entra la construcción, debieron estar preparando el regreso a la ‘Nueva Normalidad’ el 1º de junio con planes, protocolos y estrategias. ADI y McKinsey hacen hincapié en que estos planes deben contemplar escenarios varios posibles y la aspiración a recuperar ritmos de desempeño y recuperación con rapidez.

Reimaginar: El futuro no es como se tenía previsto antes del embate del Covid-19, ese concepto es esencial para tener en cuenta, según los especialistas, y en ese sentido instan a reimaginar como serán las nuevas condiciones de mercado post-Covid-19 y, en esa línea, adaptar oferta como industria.

Sector inmobiliario con panorama sombrío para 2020

En la reunión virtual los participantes coincidieron en que el panorama ‘es retador’ en cada uno de los segmentos del gremio, algunos de los puntos que sustentan esta afirmación son los siguientes:

Vivienda: La expectativa de compra, en los próximos 12 meses va a la baja luego de la emergencia sanitaria.

Retail: El cierre de cadenas comerciales con más de 7 semanas y contando tiene en jaque las rentas, mismas que han caído un 40%, estimaron. Sin embargo, otros subsegmentos del retail como las tiendas de conveniencia y la reconversión de tiendas físicas al comercio electrónico pueden darle esperanzas al subsector.

Oficinas: La Ciudad de México presenta ya una situación de sobreoferta de espacios corporativos. Y esto puede empeorar; McKinsey incluso añadió que el 70% de los inversionistas considera reducir espacios en nombre de la reducción de costos.

Turismo: Para McKinsey el desafío se encuentra en que el subsector esté listo para ofrecer al mercado experiencias digitales que permitan recuperar clientes.

La nueva normalidad implicará una nueva forma de trabajo y ningún sector se va a escapar de este cambio, mucho menos la construcción. Es por ello que para volver a levantarse y funcionar como funcionaba antes de la actual situación se van a tener que aplicar muchas medidas y cambios, tal y como comentó el profesor de la universidad de Pretoria, el Dr. Giel Bekker.

«Siendo optimista, creo que la industria de la construcción se recuperará más rápido de lo que esperamos, debido a una renovada conciencia de su capacidad de preservación y creación de empleo.» Señalaba el profesor, aunque también mencionaba la importancia de recibir inversiones tanto del sector público como del privado.

Al igual que advierte sobre las necesidades de inversión, Bekker también señala la importancia de que las empresas de construcción aumenten su productividad, ya que ahora están en el 60-70% y no es sostenible. Para ello se debe mirar el control de procesos y de inventarios. «Se dispone de varias plataformas en línea para gestionar la entrega de material al sitio e incluso la movilización a pedido de plantas y equipos. En los últimos dos años se han creado más de 1.000 empresas de tecnología de la construcción, centradas en diversas aplicaciones para mejorar la gestión de la construcción.» Señala Bekker.

La importancia de revalorizar la construcción

«No necesitamos reinventar la rueda – hay muchas herramientas, técnicas y buenas prácticas que pueden ser exploradas, personalizadas y aplicadas en el lugar de trabajo.» Con estas palabras Bekker apuntaba que para buscar el avance del sector es necesario cambiar todos los métodos, pero si aprovechar las oportunidades que se presentan para innovar.

Los peligros del sector

Uno de los grandes peligros es que pese a tener una baja demanda las empresas del sector se sobreextiendan y se comprometan a realizar trabajos en plazos que no podrán cumplir. Es por ello, que el Dr. Giel Bekker considera necesaria una colaboración en el sector que no implique competencia entre ellos. «Aprendiendo del Instituto de la Industria de la Construcción, hay espacio para que las empresas y organizaciones entierren el hacha de guerra de la competencia y se comprometan con los desafíos comunes y las mejores prácticas. Esto podría incluir proyectos de investigación centrados y la redacción de estudios de casos sobre proyectos terminados para el aprendizaje futuro.»