Identificamos las tendencias en arquitectura del 2021 para enfrentarnos a un año que costó masticar y que costará digerir. Tras una entrada de año agria y abrumadora y con los posos del 2020 aún en el fondo de la taza, los arquitectos intentamos sacar conclusiones, reconocer errores y replantear y proponer nuevas perspectivas.
El 2020 fue un punto de inflexión tan evidente y agresivo que ha sido imposible esquivarlo, pero, como cualquier situación incómoda, nos ha hecho crecer. Ahora toca meditarlo y debatirlo, pero sobre todo actuar y dar soluciones. Hablamos con diferentes arquitectos y arquitectas. Les preguntamos de qué haría falta desprendernos, con qué tendríamos que reconciliarnos y hacia dónde deberíamos dirigirnos. Aunque, como en los mejores debates, abundan las distintas opiniones, la conclusión es clara: el cambio es inevitable. Burr, Caterina de la Portilla, Elii, Enorme, Langarita Navarro, Maio, Pia Mendaro y Silvia García Camps nos dan sus puntos de vista.
1) BURR (antes Taller de Casquería) / Tendencias Arquitectura 2021
En la arquitectura, ¿Qué no funcionaba ya y ha sido corroborado en 2020?
En cierta medida creemos que nos estábamos enfocando en una especie de desmaterialización del espacio personal. Íbamos camino de reducirnos a una suerte de presets que aplicar sobre espacios genéricos. Nuestro “hogar” reducido a una serie de configuraciones dentro de un estándar adaptable a muchos. En un mundo en el que nos movemos constantemente no necesitamos un sitio fijo, sino una buena maleta. De ahí la reducción del tamaño de las viviendas, el aumento de las “sedes” en las que nos hemos ubicado o la diseminación del espacio privado en el espacio público. La tendencia nos llevaba a un espacio personal prácticamente inexistente en el que era necesario no pararse nunca. 2020 nos ha parado y ha puesto de manifiesto las carencias del entorno que estábamos construyendo.
¿Qué predicciones defendía la arquitectura y que sin embargo ha tenido que reestructurar en 2020? Volviendo al punto anterior, creemos que estábamos encaminados a una sociedad más líquida, con un sentimiento de pertenencia difuminado, sobre todo debido al movimiento constante. 2020 nos ha mostrado que dependemos más de nuestro entorno inmediato de lo que quizás querríamos y nos obliga a repensar nuestra forma de habitarlo.
¿Debería recuperarse algún modelo, teórico o práctico, que hubiésemos considerado obsoleto, pero que podría volver a ser útil hoy? En 1926 Hannes Meyer publicaba en la revista Das Werk un artículo llamado Die Neue Welt, ilustrado con una imagen titulada “Co-op Interieur”. La imagen reproduce un espacio privado mínimo, genérico, que cualquier trabajador nómada podría ocupar. Sin entrar en los detalles de la crítica expuesta por Meyer, creemos que esta imagen ha recobrado importancia en los últimos años, volviendo a adquirir condición de premonición.
¿Qué se debería desechar? Creemos que deberíamos desechar la idea del movimiento ininterrumpido. No solo por los problemas que nos ha mostrado 2020 con más crudeza, sino por los excesos de la hiperglobalización, que nos hace dependientes de los puntos de fabricación a un nivel extraordinario, o por los retos que plantea la indispensable reducción de emisiones que reclama nuestro hábitat. Nacimos en un modelo que nos enseña que si no creces fracasas y ahora tenemos que aprender a escalar nuestra forma de vivir para poder hacerla perdurar.
En una sociedad tan cambiante, ¿Cómo da respuesta la arquitectura a unas necesidades antes de que hayan desaparecido y hayan surgido otras? La arquitectura es una disciplina lenta con poco margen para realizar movimientos rápidos. La distancia entre teoría y práctica, por los plazos del proceso de producción, hace que no sea viable un cambio drástico, sino más bien una adaptación de lo existente. Lo que puede proponer la arquitectura es un nuevo modelo de gestión del espacio del que disponemos. Por ejemplo, se empiezan a publicar encuestas/estudios que indican una creciente demanda de viviendas más grandes con acceso a espacios exteriores, pero en los últimos 20 años nos hemos dedicado a trocear la vivienda del S.XX de manera que el parque inmobiliario sea más rentable y la ciudad más densa. Revertir esta situación es prácticamente imposible, dado que las propiedades ya han sido repartidas, pero podemos tratar de repensar el uso de espacios que puedan quedar obsoletos. En este contexto pueden plantearse modelos mixtos, que permitan hibridar usos públicos y privados, ampliando las capacidades de la vivienda.
¿Cuáles serían esos objetivos de la arquitectura para 2021? ¿Hacia dónde va la arquitectura?
Es difícil de decir. Podría tratar de aprovecharse este parón para tratar de definir un modelo que nos permita sentar las bases de la arquitectura de los siguientes años. Quizás el objetivo sea evitar la tentación de retomar la dinámica que tuvimos con más intensidad todavía para recuperar lo perdido y tratar de sentar las bases de un modelo que por lo menos trate de posponer el próximo colapso.
2) CATERINA DE LA PORTILLA / Tendencias Arquitectura 2021
¿Qué ha aprendido la arquitectura en 2020? Que somos una sociedad diferente de la de 1920, con retos e inquietudes diferentes. Una sociedad más volátil. Más digital. Más interconectada. Y, sobre todo, con necesidades ineludibles a las que la arquitectura debe dar respuestas contemporáneas.
En la arquitectura, ¿Qué no funcionaba ya y ha sido corroborado en 2020? El espíritu romántico del arquitecto creador de obras magnificentes por las que es remunerado sin límite ni causa concreta.
¿Qué predicciones defendía la arquitectura y que sin embargo ha tenido que reestructurar en 2020? La siempre eterna predicción: después de la crisis “todo volverá a ser como antes”. Hemos tenido que reestructurar nuestro concepto de “normalidad” para abrazar tendencias que se han acelerado con la pandemia, como el componente “remoto” en nuestras vidas, el colapso emocional de los urbanitas que desean escapar del mito de la gran ciudad o la digitalización de las organizaciones y empresas en todos los sectores. Si hay algo cierto en este mundo loco es que nada vuelve a ser como antes.
¿Debería recuperarse algún modelo, teórico o práctico, que hubiésemos considerado obsoleto, pero que podría volver a ser útil hoy? Después del festín inmobiliario de derroche y sobreconstrucción de los últimos 60 años, el arquitecto se ha separado (literalmente) de su sociedad. Las nuevas generaciones vivimos la resaca de una comilona arquitectónica insoportable para ninguna comunidad y como consecuencia hoy la gran mayoría de personas “normales” han dejado de ver valor en nosotros.
Los arquitectos no somos ni artistas ni mendigos. Somos profesionales. Nuestro trabajo tiene una razón de ser y esta es servir a otro ser humano. En 1940, en un contexto gravísimo de posguerra, Alvar Aalto escribió en The Technology Review sobre un concepto clave: “La humanización de la arquitectura”. Creo que este debe ser nuestro retorno como gremio: “Una solución arquitectónica debe tener siempre una motivación humana”.
¿Qué se debería desechar? El modelo educativo en el que actualmente se forman cientos de miles de arquitectos.
En una sociedad tan cambiante, ¿Cómo da respuesta la arquitectura a unas necesidades antes de que hayan desaparecido y hayan surgido otras? Incorporando aquellas metodologías y herramientas que nos dotan de agilidad (ampliamente utilizadas, por cierto, en muchísimas otras industrias como la programación, la automovilística o la moda). Seamos honestos: la arquitectura “es lenta” porque nuestros procesos de trabajo “son lentos”.
Como gremio tenemos un motivante camino de mejora por delante: si queremos dar respuesta a las nuevas necesidades que emergen mientras desaparecen otras, la habilidad más importante que podemos aprender hoy es la de crear estrategias de negocio flexibles que nos permitan pivotar y mantener nuestro flujo de trabajo estable. No matter what!
¿Es viable aún que la arquitectura se plantee objetivos? En mi opinión “la arquitectura” no puede plantearse objetivos porque no tiene cabeza ni corazón. Pero nosotros, los arquitectos, sí tenemos la oportunidad de replantear el tipo de huella que dejaremos en nuestra sociedad. ¿Seguiremos haciendo casitas luchando en un mercado ultrasaturado y malviviendo mes a mes? ¿O redefiniremos nuestra labor para no quedarnos atrás y contribuir en los avances de nuestra sociedad futura?
¿Cuáles serían esos objetivos de la arquitectura para 2021? ¿Hacia dónde va la arquitectura? La arquitectura va hacia donde vayamos todos y cada uno de los arquitectos. Somos nosotros los responsables y líderes de esto que tanto amamos. Cada día trabajo con compañeros de todo el mundo para ayudarles a construir una realidad profesional libre, estable y próspera como arquitectos. ¿Cómo lo hacemos? Poniendo a las personas y sus necesidades en el centro, y desarrollando nuestro potencial innovador para dar respuesta a esas necesidades emergentes. Hacia aquí nos dirigimos nosotros.
3) ELIII / Tendencias Arquitectura 2021
¿Qué ha aprendido la arquitectura en 2020? Que los espacios domésticos están conectados con el planeta.
En la arquitectura, ¿Qué no funcionaba ya y ha sido corroborado en 2020? La dialéctica interior / exterior: durante estos meses hemos comprobado cómo, a falta de vacunas, los espacios domésticos eran la única forma de participar en políticas sanitarias públicas.
¿Debería recuperarse algún modelo, teórico o práctico, que hubiésemos considerado obsoleto, pero que podría volver a ser útil hoy? Las ciudades pueden aprender mucho de lo rural y viceversa. En realidad, son esferas interdependientes.
En una sociedad tan cambiante, ¿Cómo da respuesta la arquitectura a unas necesidades antes de que hayan desaparecido y hayan surgido otras? Es fundamental diseñar espacios que sean adaptables. Por un lado, permiten ajustarse a dichos cambios. Por otro, permiten experimentar con las propias formas de vida.
¿Es viable aún que la arquitectura se plantee objetivos? La arquitectura, como la sociedad, siempre está viva y en constante cambio. Nunca dejará de plantearse objetivos que siempre deberán ser reactualizados.
¿Cuáles serían esos objetivos de la arquitectura para 2021? ¿Hacia dónde va la arquitectura Entender que la arquitectura forma parte de las redes de cuidados.
4) ENORME / Tendencias Arquitectura 2021
¿Qué ha aprendido la arquitectura en 2020? Que nuestras viviendas no se adaptan a nuestras necesidades y que necesitamos los espacios de encuentro como una necesidad básica… que son nuestra vía de escape.
En la arquitectura, ¿Qué no funcionaba ya y ha sido corroborado en 2020? Tenemos viviendas cada vez más pequeñas y pocos proyectos globales de aprovechamiento de espacio… se avecina una revolución doméstica que sea el reflejo de lo que está pasando a nivel social.
¿Qué predicciones defendía la arquitectura y que sin embargo ha tenido que reestructurar en 2020? Las industrias del encuentro estaban en alza y han sufrido un parón en seco… uno de los objetivos de la arquitectura efímera será la de volver a posibilitar el encuentro, pero en entornos seguros.
¿Qué se debería desechar? Debemos desechar el nuevo paradigma del contagio… el espacio público ha desaparecido y es fundamental volver a utilizarlo con fuerza, con vida, con intercambio de nuevo…
En una sociedad tan cambiante, ¿Cómo da respuesta la arquitectura a unas necesidades antes de que hayan desaparecido y hayan surgido otras? La arquitectura necesita redescubrir el espacio público como lugar de encuentros seguro, pero a la vez inquietante, experimental, salvaje y exuberante… la seguridad no puede prevalecer sobre el resto de condiciones y la arquitectura y el diseño son la mejor herramienta para que esto suceda.
¿Es viable aún que la arquitectura se plantee objetivos? Cada día son más los objetivos en relación al espacio. En un planeta superpoblado el espacio es un recurso más a optimizar. Vivir a lo grande con menos es posible sólo a través de los ojos del diseño y la arquitectura.
¿Cuáles serían esos objetivos de la arquitectura para 2021? ¿Hacia dónde va la arquitectura? La vivienda y el espacio público son los grandes retos del 2021. La vivienda como nuevo territorio en el que el espacio es un recurso a potenciar y el espacio público como sitio desaparecido que debe ser el pilar básico de la vida urbana…