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Parques Industriales, una necesidad y un buen negocio

En Santa Fe, según datos proporcionados por la Secretaría de Industria de la provincia, hay reconocidas 39 áreas industriales y 6 parques industriales, con una importante concentración en la zona sur y centro de la bota.

Razones económicas, de seguridad y logística motivan el éxodo industrial hacia estas zonas específicas, dejando atrás la mala convivencia de la fábrica en los barrios periféricos.

En diálogo con Sebastián Alesio, titular del Parque Industrial San Lorenzo, ON24 repasó las principales dudas que se generan a la hora de encarar la decisión de mudarse.

¿Qué beneficios tiene una empresa que opta por radicarse en un parque industrial?

El primero de los beneficios de instalarse en un parque industrial o área industrial reconocida, son las exenciones impositivas, de acuerdo a la Ley 11.525 de Parques y Áreas Industriales y la Ley 8.478 de Promoción Industrial de la provincia de Santa Fe. En estas leyes se hace referencia acerca de aquellas empresas que se radiquen en un parque industrial y/o área reconocida oficialmente, de exenciones de todos los impuestos provinciales, es decir, los impuestos sobre los ingresos brutos, inmobiliario, patente automotor e impuesto a los sellos, hasta un período de 10 años y que puede alcanzar hasta el 100% de esas exenciones. Esta tramitación la pueden llevar adelante empresas que realicen procesos industriales.

El segundo beneficio, es el tarifario especial de energía eléctrica, en el cual, dependiendo del consumo de las industrias, estas pueden tener un descuento de entre un 12% y 20% en el costo de la luz.

El tercer beneficios económico, es que aquellas industrias que se instalan en un área o parque industrial reconocido por la provincia y a su vez inscripto en el Registro Nacional de Parques Industriales, gozan de un régimen de tasas preferenciales a la hora de tomar un crédito en determinadas entidades.

Existen otras ventajas que van más allá de lo económico, como gozar de una red eléctrica de media y baja tensión, una red de agua corriente, una red de gas natural apta para las industrias, red de cloacas, un sistema de desagües, seguridad las 24hs, cerco perimetral y sistema integrado de monitoreo.

Se manejan varios formatos a la hora de ordenar industrias: parques y áreas industriales, zonas habilitadas por los estados municipales, pero no todos los espacios están alcanzados por los beneficios económicos que usted describía. ¿Cuál es la diferencia?

Un parque industrial es reconocido por un decreto del gobernador, en cambio, un área industrial se la reconoce por una resolución del ministerio. En ambos casos los beneficios antes mencionados son exactamente los mismos. Lo importante es que sean reconocidos mediante un decreto o resolución como parque o área industrial, ya que existen zonas industriales no reconocidas que no tienen ningún tipo de exención impositiva.

Cuando de valores se trata

El valor del m2 en un parque industrial de nuestra zona, funcionando, oscila entre los 80 y 100 dólares, descendiendo a 50 o 60 dólares el m2 de aquellos que están en sus primeras etapas de desarrollo, datos proporcionados por Patricio Arpini, titular de la reconocida inmobiliaria especializada en predios industriales. Valores que por cierto, según el empresario, son sensiblemente más bajos que los de provincia de Buenos Aires: “Hay muchas industrias que están cansadas de todas las complicaciones que tienen en Buenos Aires y ven a Rosario con buena capacidad de infraestructura, buenos recursos humanos y con un lugar logístico estratégico para operar desde acá”.

Al análisis, Arpini aporta un dato no menor: “Los parques industriales y tierras destinadas a fábricas y empresas de logística, constituyen una buena opción de inversión para aquellos que buscan una reserva de valor. Vemos por estos días que los valores de la vivienda se ubican cada vez más lejos de los sueldos, el último año, el promedio de salarios privados tuvieron una variación en dólares del -33,4%, no siguiendo el mismo camino los precios de las propiedades, a pesar de que los costos de la construcción, luego de la devaluación, tuvieron una fuerte caída en dólares cercana al 30 %. Esta coyuntura del mercado conjuntamente con la baja rentabilidad de los alquileres de vivienda, comparado con otras inversiones, da como resultado un descenso notable en las ventas. Esta baja rentabilidad se produce por el aumento de la inflación cercano al 50 % anual en el 2018 contra los ajustes de contrato que van del 30 al 35% anual, lo que hace que el valor real de los alquileres disminuya, provocando la caída de la rentabilidad”, evaluó el empresario. En lo que respecta a los terrenos industriales, Arpini asegura que comprar un lote, construir un galpón y ponerlo en alquiler, es un modelo de negocios que sigue teniendo una buena rentabilidad comparado con los alquileres de vivienda, si bien no escapó a la situación planteada anteriormente.

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