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Dos de cada 10 pesos que recibe la industria de la construcción en México provienen del sector público presupuestario; el resto es inversión privada que depende, en buena medida, de los proyectos gubernamentales.

La estrecha relación entre los sectores público y privado en la industria de la construcción implica que cuando la inversión pública se deprime, la inversión privada decae.

Desde hace 10 años, la inversión del Gobierno Federal en materia de infraestructura física como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) de México comenzó a bajar, dijo a SinEmbargo Eduardo Ramírez Leal, presidente nacional de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).

De acuerdo con el ingeniero Ramírez Leal, hace una década el gasto gubernamental en infraestructura física “llegó a estar casi al cinco por ciento [del PIB] y hoy, el número que se tiene en inversión para infraestructura no llega ni al 2.5 por ciento”.

Las cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) indican que en el último año, entre noviembre de 2018 y noviembre de 2019, el gasto capital (inversiones productivas e infraestructura pública) del Gobierno Federal fue a la baja.

En ese periodo, el gasto capital decayó 9.1 puntos porcentuales como proporción del PIB mexicano, al pasar de 763.9 a 733.3 mil millones de pesos corrientes.

Hoy en día, el Gobierno Federal invierte hasta el tres por ciento de su PIB en inversiones productivas e infraestructura, mientras que el impulso económico mínimo indispensable para generar desarrollo es de 4.5 puntos porcentuales, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Al mismo tiempo en que el gasto capital del Gobierno fue a la baja, la industria de la construcción en México experimentó una contracción en la derrama económica derivada de su producción, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi).

Entre noviembre de 2018 y noviembre de 2019, la productividad de esta actividad industrial se contrajo nueve puntos porcentuales, al pasar de 30.5 a 27.7 mil millones de pesos (a precios de junio de 2012).

De acuerdo con Newmark Knight Frank (NKF), durante el 2019, el sector industrial de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM) destacó por su desempeño; ya que se mantuvo el ritmo de crecimiento anual del inventario en cerca de 1 millón de metros cuadrados (m²) clase A.

La construcción de naves industriales registró un aumento de 583,132 m² en el último trimestre de 2019, respecto a los 519,140 m² del año anterior.

Diego León Laos, analista de mercados de la compañía, señaló “el incremento de la disponibilidad total representó el 11% de la superficie entregada a lo largo del año, con lo que 2019 cerró con una tasa del 6.6%. Este desempeño fue liderado por corredores como el CTT (Cuautitlán, Tepotzotlán y Tultitlán) que aportaron cerca de la mitad del crecimiento mencionado y casi del 70% de la absorción anual acumulada por cerca de 475 mil m²”.

Con respecto a los indicadores de disponibilidad en términos absolutos, comentó que Cuautitlán es el corredor con mayor superficie disponible con 270 mil 691 m², seguido de Tepotzotlán con 175 mil 526 m². El total de metros cuadrados disponibles en la Ciudad de México es de 740 mil 835 m²; en tanto que en términos relativos, el corredor con menor tasa es el correspondiente a Tultitlán con 1.70%; mientras que el corredor con mayor disponibilidad es Naucalpan, con 11.23 por ciento.

Asimismo, expresó que durante el año pasado, se dio una transformación de la industria y sus espacios, lo que permitirá acceder a las nuevas tendencias de ocupación como: espacios build to suit, que se adaptan a las necesidades del cliente; ubicación que permita la reducción de costos operativos y generación de economías de escala; así como seguridad avanzada en espacios industriales.

Después de una caída de 5.1% en la industria de la construcción en México durante 2019, se pronostica un crecimiento de cerca de 1.1% para este año, lo que representaría una recuperación positiva, pero limitada, de acuerdo a la consultoría de mercado GlobalData.

El desarrollo se prevé por los planes que tiene el actual gobierno mexicano de invertir en infraestructura, que fueron anunciados en noviembre del 2019. Se trata de 147 proyectos de vías férreas, aeropuertos y puertos propuestos por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Las obras se deberán desarrollar entre el 2020 y 2024 y tendrán un valor de 42,000 millones de dólares. “El programa quiere aumentar el valor invertido en infraestructura a más del 5% al año, y entregar crecimiento económico anual de más de 4% en el futuro”, dijo Dariana Tani, economista de la firma.

Sin embargo, el crecimiento de la industria no está asegurado. Esto debido a los mensajes contradictorios que ha enviado el gobierno federal a los inversionistas, comentó la experta. Por ejemplo, el anuncio de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en diciembre del 2019. El organismo informó que busca eliminar contratos de autoabastecimiento que permiten a las compañías generar su propia energía al usar, principalmente, gas natural o luz solar.

“También buscaba eliminar los descuentos en los costos de transmisión para que los generadores de energía utilicen su red, enfureciendo al sector privado y marcando el último golpe al prometedor mercado de energía renovable del país”, declaró la especialista citada por el portal World Cement.

De aprobarse la propuesta, se eliminarían los incentivos de inversión para que el sector privado invierta en proyectos verdes, lo que mermaría el crecimiento económico en el sector de la construcción.

Por lo que la consultora aconseja que el gobierno mexicano respete los contratos y evite dar mensajes confusos sobre las políticas públicas. Además, se deberán tomar medidas más concretas sobre temas de seguridad, estado de derecho y corrupción, para aumentar la confianza de inversionistas.

Esta región del país finalizó con una absorción bruta de más de 405 mil metros cuadrados de espacios inmobiliarios industriales, según informe de CBRE.

Al cuarto trimestre del 2019 (4T19), la región Bajío del país finalizó con una absorción bruta de más de 405 mil metros cuadrados (m2) de espacios inmobiliarios industriales, que incluye áreas prearrendadas y Build To Suit, lo que resultó 28% menor que en el 2018, según un informe de CBRE.

La demanda nueva tampoco fue la mejor, ya que terminó el 2019 con un 55% menos, al contabilizar con 250 mil m2, debido a una lenta llegada de nuevas inversiones. Sin embargo, una tercera parte de los espacios especulativos en construcción están prearrendados, el equivalente a 150 mil m2.

El inventario industrial Clase A registró 12.3 millones de m2, un crecimiento de 3% contra el 4T 2018. El submercado de Guanajuato cerró con 4.6 millones de m2 de inventario; Querétaro, con 4.3 millones; San Luís Potosí 2.3 millones; Aguascalientes 1.1 millones de m2.

En materia de construcción de nuevos espacios, el mercado reportó al cierre del año pasado más de 478 mil m2 en construcción a través de 35 proyectos. En tanto, entre las entidades que cuenta con más proyectos en construcción están Guanajuato es la (54%), San Luis Potosí (24%), Querétaro (12%).

En cuanto a los precios, al cierre de diciembre de 2019 el promedio se ubicó en 4.04 dólares por m2 al mes, contra los 4.05 del mismo periodo del 2018, mostrando niveles similares durante el año.

La tasa de vacancia terminó en 6.8% en la región, que equivalen a más de 840 mil m2. “Esta cifra ha aumentado debido a la entrada de nueva oferta en la región” –destacó el informe-; en donde Guanajuato y Querétaro registraron las tasas más altas, con 7.4%. San Luis Potosí y Aguascalientes tuvieron 5.9 y 4.6%, respectivamente.